12.000 políticos asistieron a la misa celebrada en el Vaticano.

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EFE"CIUDAD DEL VATICANO El Papa afirmó ayer que los políticos deben demostrar una moralidad «a toda prueba», les pidió que jamás vayan contra la propia conciencia, incluso si ello les lleva a pagar con la vida, y denunció el pragmatismo que muchas veces reduce la política a intereses o a cálculos electorales.

Juan Pablo II hizo también un llamamiento a los políticos para que el diálogo sea el «instrumento insustituible de toda confrontación constructiva», y el que marque las relaciones internas de los Estados y las internacionales.

Estas manifestaciones fueron hechas por el Pontífice en la misa solemne del Jubileo de los Gobernantes y Parlamentarios, que reunió en la plaza de San Pedro del Vaticano a unas 50.000 personas, de ellas unos 12.000 políticos (entre parlamentarios, gobernantes, alcaldes, concejales) de 94 países, entre ellos varios miles de españoles y latinoamericanos.

Tras resaltar que la labor de los gobernantes es la de preparar leyes justas, aprobarlas y aplicarlas, el Santo Padre dijo que si la ley humana es justa siempre estará al servicio de la libertad, y que el político siempre tiene que estar al servicio de los ciudadanos.

«El servicio político pasa a través de un diligente y cotidiano compromiso que exige una gran competencia en el desarrollo del propio deber y una moralidad a toda prueba en la gestión desinteresada y transparente del poder», afirmó el Obispo de Roma, que presentaba buen estado físico.

El Papa manifestó también que la coherencia del político ha de expresarse en una correcta concepción de la vida política y social, y que desde ese punto de vista un político cristiano no puede dejar de hacer constante referencia a los principios de la doctrina social de la Iglesia.