El Gobierno de Rusia admitió ayer por primera vez que el riesgo de
una catástrofe ecológica obligará a reflotar en el 2001 el
submarino nuclear «Kursk», hundido el 12 de agosto pasado en las
aguas del mar de Bárents. «El 'Kursk' es un caso especial. Sus
reactores se encuentran en aguas poco profundas y sin control»,
dijo el viceprimer ministro ruso Iliá Keblánov, al anunciar ayer la
creación de un consorcio internacional que se encargará de reflotar
el sumergible.
Klebánov, presidente de la comisión gubernamental que investiga
las causas del accidente del 'Kursk', confirmó que los motivos de
índole ecológico son los que obligan a levantar desde el fondo del
mar los restos de la nave y sus dos reactores nucleares. Añadió que
«los reactores no pueden hallarse a 100 metros de profundidad en
medio del mar de Bárents en una zona de pesca de activa».
Klebánov admitió que «como resultado de las poderosas
explosiones a bordo del submarino, pudieron haber aparecido fisuras
en ambos reactores no detectadas por los buzos» durante los
trabajos de rescate en octubre.
Durante esa operación, buzos rusos lograron entrar en tres de
las nueve cámaras del 'Kursk' y rescatar los cuerpos de doce de sus
118 tripulantes, pero no pudieron comprobar el estado de los
reactores. Los buzos perforaron accesos en el casco del submarino y
penetraron en los compartimentos tercero, cuarto y octavo, pero no
pudieron acceder a las cámaras quinta y quinta bis donde se hallan
los reactores.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.