Los móviles empezaron a utilizarse en 1984 en EE UU.

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El estudio no ha encontrado diferencias en la aparición de tumores cerebrales entre usuarios de la telefonía móvil y quienes jamás han usado estos dispositivos, ni tampoco entre el tiempo de uso y la aparición de la enfermedad. Lo han realizado investigadores de la Fundación para la Salud de EE UU y del Centro del Cáncer «Memorial Sloan-Kettering» de Nueva York entre 891 personas de 18 a 80 años, 469 de ellos diagnosticados con cáncer cerebral y 422 sin relación con la enfermedad.

La investigación se realizó para establecer cualquier relación entre el uso de móviles y el cáncer de cerebro, ya que existe la sospecha de que las radiofrecuencias utilizadas por estos sistemas de comunicación pudieran estimular la aparición de tumores. Los móviles, cuyas radiofrecuencias emiten señales entre los 800 y 900 megahercios, comenzaron a usarse en 1984 en EE UU y, desde entonces, se han vendido más de 86 millones de aparatos.

Aunque reconocen que serán necesarios estudios sobre el uso prolongado de teléfonos celulares, los investigadores no han encontrado datos que avalen la consideración de los móviles como generadores de tumores. Según han informado en la revista «Journal of American Medical Association» (JAMA), «en este estudio, el uso de teléfonos celulares de mano no está relacionado con el riesgo de cáncer cerebral».

El uso de teléfonos móviles entre los participantes que tenían cáncer fue de 2'5 horas mensuales y de 2'2 horas entre los participantes sanos. «Dado que el 85% de los participantes reconoce que extendían la antena durante las llamadas, esperábamos encontrar un número desproporcionado de tumores detrás de los ojos y los oídos, en el lado en que se usa el teléfono, ya que la emisión de radiaciones es mayor en la antena», señaló Mark Malkin. «Pero de hecho, no hemos encontrado relación entre uso del móvil y tumores en el lóbulo temporal, ni ninguna relación entre el manejo del aparato y la localización de los tumores».