El ministerio británico de Agricultura, Pesca y Alimentación
estudia ampliar las zonas de exclusión en las granjas de Inglaterra
para evitar que se extienda la fiebre aftosa, tras aparecer dos
nuevos focos de la enfermedad.
Uno de los brotes se localizó ayer en una granja porcina de
Heddon-on-the-Wall, en Northumberland (nordeste de Inglaterra), y
el otro la noche del jueves en el condado de Essex (sudeste de
Inglaterra), con lo que son ya cuatro los focos encontrados esta
semana. Los otros dos corresponden a granjas de Essex, donde el
pasado lunes se detectó el primer caso de fiebre aftosa en una
explotación porcina.
Las autoridades han dispuesto zonas de exclusión de varios
kilómetros a la redonda en las áreas afectadas, para impedir la
entrada y salida de animales y evitar que el mal se propague. El
jueves también se impusieron restricciones en otras dos granjas,
una en Buckinghamshire (al norte de Londres) y otra en la isla de
Wight (sur de Inglaterra), por temor a que la cabaña porcina pueda
estar afectada por la aftosa.
Las autoridades del Ministerio de Agricultura, Pesca y
Alimentación creen que el brote puede tener su origen en
Heddon-on-the-Wall, ya que varios cerdos vivos fueron transportados
la semana pasada desde esa granja hasta uno de los mataderos
afectados por el mal. «Parece que la enfermedad existía en esta
granja algún tiempo antes de que se confirmara el caso de Essex»,
indicó un portavoz.
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