Fuentes comunitarias dijeron ayer que la propuesta, que afectará a
los animales importados entre el 1 y 21 de febrero, será elevada al
Comité Veterinario Permanente de la Unión Europea (UE) y se
aplicará en especial a los cinco países que han anunciado
importaciones directas de animales desde Gran Bretaña: Francia,
Alemania, Holanda, Bélgica e Italia.
En la mayoría de ellos las autoridades nacionales ya han puesto
en marcha limitaciones como medida de precaución. La Comisión
espera que otros países comuniquen hoy las importaciones indirectas
de ovinos y caprinos británicos que han realizado a través de esos
cinco Estados miembros. Bruselas es partidaria de suspender por un
periodo corto (que podría ser de una semana a diez días) las
concentraciones de animales en mercados de ganadería, explicaron
fuentes comunitarias.
La Comisión Europea descartó ayer la posibilidad de proceder a
la vacunación de las reses en los Estados miembros para evitar la
propagación de la enfermedad, debido al gran coste. Mientras, el
grado de psicosis bajaba ayer unas décimas al conocerse que los
segundos análisis realizados a animales de Dinamarca, Bélgica y
Francia han dado negativo, con lo que se descarta que la fiebre
aftosa haya pasado del Reino Unido a la Europa continental.
En el Reino Unido, por el contrario, la crisis se agudiza tras
la confirmación de 71 brotes de fiebre aftosa y la amenaza que se
cierne sobre un parque natural. Ya en España, el Ministerio de
Agricultura pidió a los ganaderos que extremen todas las medidas de
prevención para impedir la introducción de la fiebre aftosa en
España y reiteró que el Gobierno ha adoptado todas las precauciones
necesarias para evitarlo, aunque el ministro de la Presidencia,
Juan José Lucas, reconoció que «el riesgo es cada día mayor».
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