Las mujeres presas en las cárceles de Estados Unidos sufren abusos
y torturas, y dos de cada tres han denunciado violaciones sexuales,
aseguró ayer el grupo de derechos humanos Amnistía Internacional.
La frecuencia y extensión de los abusos «deben ser un llamado de
alerta para cualquiera que crea que en este país no se tortura y
maltrata a las mujeres», afirmó el director ejecutivo de AI-USA,
William Schulz, en rueda de prensa.
Hay cuatro estados, Arizona, California, Delaware y Nevada,
donde las presas pueden ser acusadas si tienen relaciones sexuales
con un carcelero, por lo cual las víctimas no denuncian los abusos
que sufren, según el estudio que publicaba ayer AI-USA. Schulz dijo
que por lo menos 18 de los 50 estados y el Distrito de Columbia
permiten que a una mujer se la mantenga esposada durante el parto,
y en otros estados es común la práctica de trasladar esposadas y
con grilletes a mujeres enfermas, obesas, embarazadas o enfermas
mentales.
Amnistía Internacional también divulgó ayer un documento
titulado «Cuerpos rotos, mentes destrozadas» que documenta la
tortura y los malos tratos que sufren las mujeres en el mundo. «La
violencia contra las mujeres se arraiga en una cultura global que
niega la igualdad de derechos a las mujeres y legitima la
apropiación violenta del cuerpo de las mujeres», dijo Sheila Dauer,
directora del Programa de Derechos Humanos de las Mujeres.
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