El cuerpo de la reina Aishwarya es llevado en palanquín por las calles de Katmandú.

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AGENCIAS-KATMANDU El príncipe Dipendra, heredero de Nepal, asesinó el viernes por la noche a sus padres, los reyes, y a la mayor parte de la familia real "en total 11 personas, entre ellas sus dos hermanas" antes de dispararse a sí mismo sin que lograra matarse, según anunció el viceprimer ministro nepalés, Ram Chandra Paudel. El Consejo Privado del Reino ha proclamado a Dipendra nuevo rey de Nepal, comprobando que su «serio estado», que requiere cuidados intensivos, le impide reinar. Como consecuencia de ello, el hermano del difunto rey, el príncipe Gyanendra, de 53 años, asumirá la regencia.

De acuerdo con fuentes cercanas a palacio, la matanza se produjo tras una riña familiar violenta a causa de una mujer de 22 años, Devyani Rama, con la que el príncipe heredero dijo haberse casado en secreto, en contra de la opinión de su madre, que aparentemente se oponía. Según las mismas fuentes, el rey había advertido a Dipendra que si se empeñaba en casarse, perdería la corona en favor de su hermano menor, Nirajan. Tras la pelea, Dipendra abandonó la sala para volver un poco más tarde, en uniforme militar y armado con dos fusiles automáticos, antes de vaciar los cargadores sobre los presentes y tratar de suicidarse, según añadieron.

Según artículos recientemente aparecidos en la prensa nepalí, los astrológos del país habían informado a la familia real de que el príncipe heredero no debería casarse ni tener hijos antes de los 35 años. Si esas directrices no eran seguidas, el rey de Nepal podría morir, habían advertido los astrólogos. El príncipe Gyanendra, nuevo regente, escapó a la tragedia porque no se encontraba en Katmandú en el momento del drama. Sin embargo, regresó a la capital el sábado, procedente del palacio de invierno de Pokara.

Cientos de miles de ciudadanos dieron su último adiós a la familia real nepalí, al paso del cortejo fúnebre con los cadáveres por las calles de la capital del reino, Katmandú. Ningún dignatario extranjero ni diplomáticos acreditados en la ciudad fueron invitados a los funerales. Los cadáveres fueron incinerados según el ritual hindú en el templo de Pashupatinath, considerado el lugar sagrado del reino. La India declaró tres días de luto y los gobiernos de Bangladesh y Sri Lanka hicieron público su profundo pesar. La familia real británica expresó también sus condolencias, igual que el presidente George Bush. El Papa Juan Pablo II envió un mensaje de pésame al monarca en funciones.