La Generalitat de Catalunya deberá reconocer como catedráticos de
instituto a 728 profesores que fueron suspendidos en las
oposiciones a esta categoría en 1991, según una sentencia de
finales de junio del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya
(TSJC), porque se valoraban más los conocimientos de catalán que
los de la categoría a la que se presentaban, según informó ayer el
rotativo «El País».
Los profesores deberán recibir también el sueldo correspondiente
a catedrático con carácter retroactivo. La sentencia afirma que los
profesores «perdieron la condición de catedrático no por falta de
condiciones, sino por haber redactado la Administración educativa
unas bases contrarias a la ley y al Derecho».
La actual sentencia responde a las oposiciones convocadas por la
Conselleria de Enseñanza de la Generalitat en 1991 para cubrir
1.200 plazas de catedrático. En aquella convocatoria de 1991,
quedaron descartados un total de 728 profesores. Posteriormente,
cinco entidades presentaron recursos administrativos impugnando las
oposiciones, en las que o bien se pedía la nulidad de las pruebas o
se reclamaba el cambio de los baremos.
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