El informe de Sanidad sobre las muertes de 11 pacientes renales en
la última quincena de agosto concluye con la única hipótesis de que
los fallecimientos «pudieran deberse a una reacción anómala»
causada por la existencia de «sustancias no inocuas» en algunas
unidades de los dializadores Althane A-18 de Baxter. En las
conclusiones del informe, hechas públicas ayer por el Ministerio de
Sanidad, se considera que en los fallecimientos pudieron influir
«la condición clínica de los enfermos o una más acusada
sensibilidad individual» a las sustancias presentes en los
dializadores, pero se descarta que sus problemas médicos sean la
causa fundamental de las muertes.
Las investigaciones, coordinadas por Sanidad y en las que han
participado institutos dependientes de este Ministerio, del
departamento de Justicia y el Consejo Superior de Investigaciones
Científicas, han detectado además que el sistema de calidad
aplicado por Baxter presenta «deficiencias» en diversas etapas,
desde el control y verificación del diseño hasta los controles
finales. Baxter, según el informe, no evaluó los riesgos
relacionados con los residuos de sustancias añadidas durante el
proceso de fabricación ni con la posible liberación de sustancias
de degradación producidas tras el proceso de esterilización o por
el envejecimiento de los materiales.
De hecho la empresa relacionó esta semana los fallecimientos
registrados en España, Croacia y Estados Unidos con uno de los
fluidos utilizados en los procesos de producción de sus
dializadores. Los tres centros donde se registraron los
fallecimientos habían recibido unidades del lote 2001 F05P del
dializador Althane A-18 «presuntamente implicadas en los
fallecimientos» y que proceden de una partida inicialmente
rechazada de otro lote que fueron reparadas tras someterlas a un
sellado de fugas, expone el informe.
Las unidades del lote 2001 F05P, según los análisis, presentan
un olor a ácido acético marcado no presente en otros lotes, sus
fibras muestran una morfología irregular más acusada y, tras
someterlas a los lavados previstos en las instrucciones de uso, no
se consigue eliminar del todo la glicerina presente en las fibras,
apareciendo también ácido acético, glicerol diacetato y glicerol
monoacetato, además de otras sustancias.
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