El sacerdote brasileño Edmilson Ribeiro divide su tiempo entre la
actividad religiosa como párroco de Ponta Negra y su oficio de
escritor, en el que comienza a destacar con novelas cargadas de
crímenes y sexo.
El párroco Ribeiro acaba de presentar su segunda novela,
titulada «No fundo da raloa» (En el fondo de la cigarrera) que, al
igual que su primer libro, está repleta de sangre y erotismo. Su
primera obra, «Quem vai promover o sargento Moura» (Quien va a
promover al sargento Moura) estuvo a punto de valerle una
reprimenda del arzobispo de Natal, Heitor Araujo Sales, pero el
prelado leyó el libro y quedó encantado, aunque dijo que lo hubiese
preferido con un poco menos de sexo.
Ribeiro señaló a la revista «Veja» que el arzobispo apenas le
pidió que su siguiente novela «fuese un poco más comedida, sobre
todo con las descripciones anatómicas». En «No fundo da raloa» el
párroco vuelve a la carga con su fórmula, con muy claras
referencias a la sodomía, la homosexualidad y la bisexualidad, en
una historia sobre tráfico de drogas condimentada con prácticas
espiritistas y «candomblé».
Con 54 años, y pese a su interés por la sexualidad, Ribeiro
aseguró que cumple con rigor el celibato impuesto por la Iglesia
católica y dijo que «para escribir sobre sexo no hace falta
experiencia, sino intuición». Uno de los párrafos más picantes del
nuevo libro de Ribeiro fue publicado por «Veja» y dice: «Era en fin
una gustosa obsesión por aquel macho. Ella no podía reclamar de los
dos que tenía actualmente en la cama, pues Manuel era casi un rival
de Moacir. Más tímido y, claro, más eficiente, hasta rayar en la
locura, pues en una sola noche llegaba a gozar cinco veces, sin
preocuparse por su compañera, que se desvanecía de dolor y de
delirio».
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