Muchos clientes pudieron cambiar sus pesetas por euros gracias al esfuerzo de los comerciantes. Foto: J.MOREY.

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M.G./EFE Las dos principales asociaciones de comerciantes de Balears se quejaron ayer, segundo día de la entrada en circulación del euro, de las largas colas que debieron realizar sus asociados en los bancos y cajas de ahorro de las Islas para obtener las unidades de la nueva moneda necesarias para dar el cambio a los compradores. Así lo manifestaron los presidentes de las Federación del Pequeño y Mediano Comercio (Pimeco) y de la Federación de Comerciantes de Baleares (Afedeco), Demetrio Peña y Pau Bellinfante, respectivamente, quienes aseguraron que, por lo demás, el primer día laborable con euros en circulación se desarrolló «con normalidad».

De acuerdo con Bellinfante, las «largas colas» que realizaron los miembros del sector para obtener euros dificultó la normal actividad de los comercios, llegando incluso, en algunos casos, a «paralizarla» ante la imposibilidad de dar el cambio en monedas o billetes de la nueva divisa. En este contexto, se sorprendió de «lo poco organizadas» que están las entidades financieras al no haber previsto la avalancha de particulares interesados en cambiar sus pesetas por euros, lo que provocó la organización de largas colas en los bancos que obligaron a los comerciantes a esperar mucho tiempo para obtener nuevos billetes o monedas.

El máximo responsable de Pimeco, asociación que aglutina al 50 por ciento del sector, admitió también problemas de este tipo entre sus asociados pero minimizó sus efectos al asegurar que, pese a que desde el día 1 existe la convivencia de ambas monedas, «todavía hay mucha peseta en los bolsillos». Al respecto, instó a las entidades de crédito a efectuar con la mayor celeridad posible el proceso de «capturar la peseta» a fin de que cada vez existan menos unidades de la que en marzo dejará de ser moneda de curso legal.

Por otro lado, Peña afirmó que es posible que las transacciones que se realizan en los comercios se desarrollen «con mayor lentitud» al tener que efectuar operaciones de cambio a la nueva moneda y las posteriores comprobaciones de la vuelta, un fenómeno que se ha registrado especialmente en las zonas «con gran trasiego comercial», como por ejemplo los mercados. A juicio del presidente de Pimeco, la «prueba de fuego» sobre el buen funcionamiento del euro en los comercios serán las rebajas de enero, en que se marcarán cuatro precios, los antiguos y los nuevos en pesetas y en euros.

Sobre el terreno, algunos comerciantes confirmaron que tuvieron que salir al banco o a la caja de ahorros en un par de ocasiones a lo largo del día de ayer, «pero muchos estaban saturados y la segunda vez ya sólo nos pudieron dar monedas y billetes pequeños de 5 y 10 euros», comentó un dependiente palmesano. Otros, en cambio, se alegraron de haber sido precavidos y haber preparado una buena cantidad de la nueva moneda europea, con lo que ayer no tuvieron ninguna dificultad para devolver el cambio en euros a sus clientes. Además de problemas con la provisión de billetes y monedas de euro, los comerciantes destacaron la lentitud con la que ayer se realizaron las transacciones comerciales.