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RAMÓN SANTAULARIA La circulación de los billetes y monedas de euro ha dado un espaldarazo a esta moneda, que se apreció fuertemente ayer frente al dólar y el yen bajo el efecto psicológico positivo por la presencia física del nuevo dinero. Desde el martes, cuando el euro pasó a ser de curso legal en los doce países de la eurozona, esta moneda ha ganado más de un 1 por ciento frente al billete verde, hasta los 0'9045 dólares, aunque la subida más espectacular se produjo respecto al yen, al apreciarse un 1'9 por ciento, hasta los 119'34 yenes. El Banco Central Europeo (BCE) fijó ayer su cambio oficial en los 0'9038 dólares.

Los mercados de divisas atribuyen esta ganancia a la ausencia de contratiempos en la introducción del dinero en efectivo y a los rumores que circulaban sobre una pronta adhesión del Reino Unido a la Unión Monetaria. Sin embargo, el presidente del Bundesbank alemán, Ernst Welteke, considera que la divisa comunitaria sigue estando infravalorada respecto al dólar y que aún tiene espacio para ganarle terreno. Desde su introducción como moneda de cálculo, el 1 de enero de 1999, el euro se ha depreciado casi un 25 por ciento contra el dólar y otras divisas fuertes, ante todo por la falta de confianza de los inversores, que han considerado el dólar más atractivo y rentable.

También puede haber ayudado al empujón de ayer el hecho de que haya crecido la demanda de euros en los países del Este europeo, que antes del 28 de febrero próximo, cuando concluye el periodo de doble circulación, deberán haber sustituido los marcos alemanes, chelines austríacos y otras divisas nacionales europeas por la moneda única. Ayer sólo actuó de freno a una mayor recuperación del euro la buena cifra de la actividad manufacturera en EE UU, pero los expertos prevén que esta divisa emprenderá pronto una carrera alcista, apoyado por la euforia desatada a raíz de la circulación del efectivo.

Por otro lado, los mercados bursátiles europeos recibieron ayer el euro con 'números rojos', al cerrar sus sesiones con pérdidas inferiores al 1 por ciento, salvo Londres, la única plaza ajena a la Eurozona, que terminó con una ligera ganancia. La Bolsa española comenzó el año del euro como finalizó el año 2001, también a la baja, al igual que las restantes plazas de la «eurozona», y el Ibex-35 se dejó en la sesión un 0'24 por ciento, al pesar sobre ella la situación en Argentina en una sesión en la que no hubo grandes indicadores macroeconómicos. Las pérdidas registradas por los valores energéticos, principalmente, hicieron que el selectivo Ibex-35 finalizase en 8.377'10 puntos, tras retroceder 20'50 enteros, mientras que el Índice General del mercado madrileño se dejó un 0'16 por ciento, hasta colocarse en 823'05 unidades.