La libertad de prensa experimentó una clara degradación en todo el
mundo a lo largo de 2001. Así lo afirma en un balance del año la
organización no gubernamental Reporteros Sin Fronteras (RSF), que
precisa que en este periodo de tiempo 31 periodistas fueron
asesinados, otros 489 detenidos, 716 más agredidos o amenazados y
378 medios cerrados. A 1 de enero de 2002, 110 profesionales de la
información permanecen detenidos en todo el mundo.
A lo largo de 2001, todos los indicadores de la libertad de
prensa en el mundo arrojaron un empeoramiento de las condiciones de
trabajo, a excepción del de periodistas muertos, que permaneció
estable. De esta forma, fueron detenidos un 50 por ciento más de
periodistas que en 2000 y agredidos un 40 por ciento más. El
resultado es que «más de un tercio de la población mundial vive en
un país en el que no existe ninguna libertad de prensa».
En los últimos doce meses fueron asesinados 31 periodistas, 15
de ellos por grupos armados o milicias, y al menos en tres casos
las autoridades fueron en parte responsables de las muertes. Nueve
profesionales murieron en conflictos armados, ocho de ellos en
Afganistán, como es el caso del español Julio Fuentes. De hecho, el
continente más «homicida», según palabras de RSF, fue Asia, con
catorce reporteros muertos, mientras que en Oriente Próximo no
murió ningún periodista.
En el continente americano fueron asesinados otros diez
periodistas y diez colaboradores, algunos de ellos en el atentado
contra el World Trade Center de Nueva York el 11 de septiembre. En
Colombia murieron tres profesionales, y en Europa la cifra de
homicidios aumentó: uno en Irlanda del Norte, uno en Ucrania, uno
en Kosovo, y otro en el País Vasco: el director financiero de ´El
Diario Vasco´, Santiago Oleaga, a manos de ETA.
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