Un informe elaborado por el Comité de Toxicología, Ecotoxicología y
Medio Ambiente de la Unión Europea presentado ayer en Madrid
asegura que no hay evidencias que relacionen la exposición a campos
electromagnéticos en los niveles establecidos por la UE con efectos
adversos para la salud. Los expertos subrayan que los niveles
establecidos son los adecuados y no hay nada que justifique una
modificación de la normativa, como venían solicitando los partidos
de la oposición.
Con la polémica desatada sobre las antenas de telefonía móvil
como posibles causantes de los cuatro casos de leucemia detectados
en un colegio de Valladolid aún caliente, un informe de la Unión
Europea viene a confirmar lo que los expertos españoles han venido
repitiendo en las últimas semanas: no hay evidencia entre los
campos electromagnéticos y el cáncer. Según Benedetto Terracini,
presidente del grupo de trabajo que elaboró el 'Dictamen sobre los
posibles efectos de los campos electromagnéticos, radiofrecuencias
y radiaciones en la salud humana', la base científica sobre la que
la Comisión Europea estableció las recomendaciones que sirvieron de
base para la regulación sobre los límites de exposición «fue la
adecuada» y la información que se añadió en los últimos años «no
justifica cambios normativos».
En cuanto a los posibles efectos adversos y, en concreto, en
cuanto al cáncer, este experto señaló que en la especie humana «no
hay evidencia alguna que demuestre efectos cancerígenos debido a la
exposición a campos electromagnéticos». El miembro del Comité de
Expertos del Ministerio de Sanidad y Consumo, Juan Represa, señaló
que las organizaciones internacionales «coinciden en que hay que
aplicar los niveles recomendados en 1999, que son el núcleo de la
normativa europea». En este marco, este experto subrayó que desde
la opinió pública se está cuestionando «los niveles de seguridad y
no si se respetan o no».
En ese sentido, el vicepresidente de la Asociación Nacional de
Industrias Electrónicas y de Telecomunicaciones (ANIEL), Edmundo
Fernández, aseguró que «el despliegue de telefonía en España se ha
implantado respetando esos límites y favoreciendo ese respeto, ya
que es una red de muchas antenas con baja frecuencia». Según los
científicos, la opinión pública está «muy confusa», en parte, a la
complejidad del tema y, según la portavoz de los servicios
jurídicos de la compañía Vodafone, «por la falta de información que
ofrecen los medios de comunicación».
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