La evolución de un solo gen, intercambiado durante lo más parecido
a «la actividad sexual» entre las bacterias, fue suficiente para
transformar un germen, causante de algunos inconvenientes leves del
estómago, en responsable de la peste bubónica, la enfermedad que
diezmó a un cuarto de la población europea en el siglo XIV, según
un nuevo estudio.
En un artículo de la revista Science, científicos de EE UU y
Suecia revelan la clave del surgimiento de la peste. El estudio
«ilustra la manera en que una sola modificación genética puede
afectar profundamente la evolución de una enfermedad», señala
Joseph Hinnebusch, principal autor del trabajo.
Para este especialista de los Laboratorios Rocky Mountain en
Nevada, filial del Instituto Nacional de Alergia y de Enfermedades
Infecciosas, el gen en cuestión «permitió a la bacteria comenzar a
transmitirse por una picadura de insecto, en este caso de una
mosca, una adaptación que distingue al Yersinia pestis "el germen
de la peste" de otras bacterias muy parecidas.
«Y a su vez, (el germen) se adaptó a su nuevo anfitrión
nutriéndose de sangre, para asegurar su propia transmisión», agrega
Hinnebusch. La evolución de la bacteria de la peste bubónica
ilustra el desafío que representan para los científicos los
microbios capaces de transformarse y de reaparecer bajo la forma de
agentes más virulentos de enfermedades para el hombre, destaca el
estudio financiado por el Instituto Nacional de la Salud de Estados
Unidos.
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