Najem Alhassam, imán del Centro Islámico de Barcelona.

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El imán del Centro Islámico de Barcelona, Najem Alhassam, abogó ayer por que las comunidades de acogida «hagan un esfuerzo» por integrar a los inmigrantes musulmanes, y ha asegurado que esta integración es difícil en Catalunya, que «es racista hasta con los españoles». Alhassam, que vino a estudiar a España en 1970 y ha residido en Zaragoza, Argentina y Barcelona, ofreció ayer una conferencia en la Asociación Cultural Cetres, dentro de un ciclo sobre política y economía que dirige el historiador Joan B. Culla.

El imán recordó en su alocución sobre «La situación de los musulmanes en Catalunya» que «la emigración está en la esencia del ser humano, que busca mejorar y nuevos horizontes», además de rememorar que musulmanes, judíos y cristianos convivieron en España durante ocho siglos «sin ningún problema». «Los españoles no deben tener miedo del Islam, porque tenemos una historia común, y España se salvó del salvajismo europeo medieval gracias a los califatos musulmanes», donde se enseñaban las ciencias. A su juicio, el musulmán es emigrante por naturaleza, aunque distinguió la inmigración en España entre los llegados en los años 60 y 70, procedentes de Siria, Palestina o Jordania, que vinieron a estudiar, y la de los años 80 y 90, principalmente marroquí, argelina y tunecina, personas «con bajo nivel cultural que vienen para mejorar su situación económica».

Según este imán, la integración verdadera se ha producido en América Latina, donde descendientes de musulmanes han llegado «a gobernar algunos países», y ha matizado que «el Islam pide respetar y ayudar al vecino allá donde viva», mientras que en España «no hay tradición de inmigración». Alhassam asegura que «es obligación de todo musulmán aprender el idioma de la comunidad a la que se traslada», lo que ha servido para preguntarle por la actitud del presidente del Consejo Islámico de Catalunya, Mohamed Resae, que no habla ni catalán ni castellano pese a vivir varios años en Cataluña, una actitud que censuró recientemente Jordi Pujol.

Según Alhassam, la actitud de Resae es una prueba de «esa falta de comunicación», y, aunque este imán «hace mal en no hacer caso de la ley islámica», también ha pedido a Pujol que «le ofrezca hacer un curso de catalán», una iniciativa que ya ha tomado el presidente del Consejo Islámico de Catalunya. Ha asegurado que si Barcelona quiere acoger en 2004 el Parlamento de las Religiones del Mundo, deberá contar con una catedral, una mezquita, una sinagoga y un templo budista.