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AGENCIAS-BERLIN La Love Parade, el tradicional desfile «tecno» de Berlín, arrancó ayer tarde con menos participantes que en años anteriores, en los que se llegó a más de un millón de personas, pero con un nivel de decibelios que nada tiene que envidiar a ediciones pasadas.

El colorido paseo de 42 carrozas llenas de bailarines con trajes extravagantes y sexy arrancó con puntualidad germánica a las dos de la tarde, desde los dos extremos de la Avenida 17 de Junio que atraviesa el parque del Tiergarten y une la neoclásica puerta de Brandeburgo con la moderna plaza de Ernst Reuter.

Según datos de la policía, alrededor de 400.000 personas participaron este año en el desfile por el centro de la ciudad alemana, lo que supone un notable descenso con respecto a récords vividos en ediciones anteriores, con más de un millón de participantes por las céntrica avenida de Berlín.

Aunque la policía negó que el descenso esté relacionado con las amenazas de atentado que circularon recientemente en diarios sensacionalistas alemanes, el presidente de la empresa organizadora, Fabian Lenz, atribuyó la bajada a los rumores de atentados islámicos señalados por la prensa popular el pasado junio.

Los expertos, sin embargo, aseguran que la Love Parade se ha convertido en un fenómeno de masas y los puristas ya no la consideran lo suficientemente vanguardista.