El Papa recibe a una pareja de guatemaltecos con la vestimenta tradicional del país.

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EFE-CIUDAD DE GUATEMALA El Papa santificó ayer en Guatemala al beato de origen español Pedro de Betancur, en una multitudinaria ceremonia en la que expresó su admiración por los pueblos indígenas, afirmando que «merecen todo el respeto» y tienen derecho a realizarse plenamente en la justicia y la paz. Durante la homilía y otros momentos de la misa, Juan Pablo II dio muestras de un gran agotamiento. Aunque tenía la voz muy clara y habló en un perfecto español, se le vio cansado y jadeante. «El Papa no os olvida, y admirando los valores de vuestras culturas, os alienta a superar con esperanza las situaciones, a veces difíciles, que atravesáis. Construid con responsabilidad el futuro y trabajad por el progreso de vuestros pueblos», dijo el Papa en perfecto español y con la voz firme.

En Guatemala las poblaciones autóctonas representan el 60 por ciento de los casi 12 millones de habitantes. En el país centroamericano viven 60 etnias de origen maya, negros caribeños y la etnia xinka. El Pontífice resaltó la figura del nuevo santo y, recordando que siempre se entregó a los enfermos y necesitados, afirmó que la sociedad guatemalteca debe dar una mano a los niños, a los jóvenes sin hogar, a las mujeres abandonadas y a la multitud de marginados que viven en las ciudades. Pidió por las víctimas de las organizaciones del crimen organizado, de la prostitución y de las drogas y por todos aquellos que viven en soledad.

Exhortó a los mandatarios guatemaltecos a fomentar políticas sociales y económicas dignas del hombre y a promover la dignidad de la persona. La ceremonia de canonización se celebró en el Hipódromo del Sur, de la capital guatemalteca, donde se reunieron más de un millón de personas, miles de ellas llegadas de otros países centroamericanos y de las islas Canarias, donde nació el nuevo santo.

A la canonización asistieron los presidentes de Guatemala, Alfonso Portillo; El Salvador, Francisco Flores; Honduras, Ricardo Maduro; Costa Rica, Abel Pacheco; Panamá, Mireya Moscoso, y el primer ministro de Belice, Said Musa. En representación de España estaba el presidente autonómico canario, Román Rodríguez; el alcalde del pueblo de Vilaflor (Tenerife) donde nació Pedro de Betancur, y otras autoridades isleñas. Con esta canonización concluye la tercera visita del Papa a Guatemala. A primeras horas de la tarde emprendió el viaje a México, donde proclamará santo al indio Juan Diego, al que según la tradición se le apareció la Virgen de Guadalupe en 1531.