La marcha partió del barrio de chabolas de Alexandra.

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EFE-JOHANNESBURGO Miles de personas pertenecientes a movimientos sociales de todo el mundo marcharon ayer desde el barrio de chabolas de Alexandra hacia el lujoso complejo de Sandton, donde tiene lugar la Cumbre Mundial sobre un Desarrollo Sostenible. En tres días los 109 jefes de Estado y de Gobierno, que comienzan hoy sus encuentros, tendrán que hacer grandes esfuerzos para llegar a un acuerdo sobre el plan de acción presentado, lo que no han logrado los diplomáticos en siete días.

Los manifestantes partieron encabezados por una gran pancarta que rezaba «Pongan fin a la pobreza: Tierra, Trabajo y Comida». «Vivo de 'okupa' desde hace ocho años. Queremos que nos devuelvan nuestras tierras», dijo Thabithe Mohlala, miembro del MSST que reclama al Gobierno la devolución a los negros de las tierras que el régimen colonial y el «apartheid», o sistema de segregación racial, puso en manos de la minoría blanca. Junto a los Sin Tierra, representantes de las comunidades indígenas de América Latina y grupos ecologistas participan en la marcha, que congregó a unas 5.000 personas.

En el estadio de fútbol de Alexandra, un segundo grupo de manifestantes, formado por cientos de personas convocadas por el Foro Mundial del Pueblo (FMP), mostró pancartas de apoyo a la causa palestina. «Boicot a Israel» o «Sionismo es igual a nazismo y racismo», fueron los mensajes desplegados. Durante la concentración y antes de iniciar su recorrido, el presidente sudafricano, Thabo Mbeki, dijo estar «muy contento de que estemos todos aquí, en Alexandra, para que el mundo pueda conocer lo que es la pobreza». Mbeki prometió «llevar el mensaje de los pobres a la Cumbre» para acabar con él «apartheid global que separa a ricos y pobres».

El presidente sudafricano tuvo palabras de apoyo para Cuba y Palestina, cuyo ministro de Asuntos Exteriores, Faruk Kadumi, estaba presente. Este segundo grupo partió dos horas después hacia el complejo de la Cumbre de Sandton por un recorrido similar al seguido por la marcha anterior y, al grito de «amandla awethu» -poder para el pueblo-, los manifestantes entonaron cánticos y bailaron a lo largo de todo el trayecto. Aunque los organizadores habían calculado en más de 30.000 el número de participantes en las dos concentraciones, el número real fue mucho menor.

Rodeadas por un amplio dispositivo policial, ambas demostraciones pretendían llamar la atención de los líderes mundiales y reivindicar «acciones y no palabras» para erradicar la pobreza y frenar el deterioro ambiental del planeta. Mientras, un portavoz del ministerio sudafricano de Exteriores confirmó que, de los más de cien jefes de Estado y de gobierno que han anunciado sus asistencia a la Cumbre de Johannesburgo, unos veinte se encuentran ya en el país y los restantes son esperados entre hoy y mañana.