Pese a que España se sitúa a la cabeza en el número de personas
afectadas por la enfermedad, la aparición de nuevos casos ha caído
un 69 por ciento desde 1985. El 64 por ciento de los infectados lo
fueron por inyección de drogas.
España se sitúa a la cabeza de la Unión Europea en casos de sida
con un total de 63.000 desde 1981, seguido por Francia (55.000) e
Italia (50.000). Las cifras de 2001 revelan un descenso del 10'8
por ciento en el número de nuevos casos respecto al año anterior,
en línea con la media de la UE. En la Unión, el número de casos
desde el descubrimiento de la enfermedad asciende a 234.000.
No obstante, España es el segundo país en cuanto a la tasa de
incidencia de la enfermedad, una tabla encabezada por Portugal, con
105'8 casos por cada millón de habitantes, seguido por España, con
58 por millón, en ambos casos muy por encima de la media de la UE,
situada en 21'8 casos por millón de habitantes.
En el otro extremo están Holanda y Finlandia, con tasas de 2'8 y
3'3, respectivamente. Portugal es también el único país donde la
aparición de nuevos casos sigue creciendo, mientras en el la
mayoría de países se alcanzó el pico en torno a 1994 y 1995. En el
conjunto de la Unión, en 1994 se identificaron 24.886 nuevos casos,
año que también marcó un máximo en España, con 7.354.
En cuanto a las vías de transmisión de la enfermedad, en España
el 63'4 por ciento de los casos registrados desde 1981 fueron
consumidores de drogas inyectables, mientras un 13'3 por ciento se
debió a contagio heterosexual y un 13'7 por ciento a contagios
entre hombres homosexuales o bisexuales.
El contagio de madre a hijo sumó un 1'4 por ciento de los casos,
un 1'2 por ciento fueron hemofílicos o personas con problemas de
coagulación y un 0'6 por ciento recibieron la enfermedad en
transfusiones de sangre.
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