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EFE-VALLADOLID Un equipo de la sanidad pública de Castilla y León, SACYL, consiguió implantar, por primera vez en España, células madre óseas en el corazón severamente infartado de un paciente, con el fin de regenerar el tejido dañado, en los próximos meses.

El implante, cuyas características fueron presentadas ayer en Valladolid por el director gerente de SACYL, Antonio Sáez, y los participantes en el proyecto, fue realizado el viernes a un paciente de 66 años que sufrió un infarto muy extenso, de más del 60% de la bolsa cardiaca, el cual se encuentra «muy bien».

El implante, que duró 30 minutos, fue llevado a cabo con anestesia local y una pequeña punción en la ingle del enfermo, a través de la cual, mediante catéteres miniaturizados, se depositaron en el tejido cardiaco 20 millones de células madre hematopéyicas extraídas con anterioridad de la médula ósea del propio paciente.

El objetivo final de esta experiencia, que tiene voluntad de continuidad en los casos en los que esté indicada, es que las células implantadas se transformen en células cardiacas y se multipliquen para que sustituyan a las destruidas por el infarto, de tal forma que se logre la reparación del tejido necrosado antes de que cicatrice.

El director del proyecto, el cardiólogo del Hospital Clínico de Valladolid Francisco Fernández Aviles, explicó que en todo el mundo sólo existen 10 casos documentados de un implante de esta naturaleza, todos ellos en Alemania.

También aclaró que en España se ha realizado un implante parecido en la Clínica de la Universidad de Navarra, pero con células madres procedentes de tejido muscular, mientras que en Valladolid la experiencia se ha realizado con células extraídas de la médula ósea.

Una de las principales ventajas de las células madre óseas con respecto a las musculares es que las primeras reparan no sólo el músculo sino también los vasos y la conexión entre las distintas células, lo cual hace que el corazón se contraiga de forma armónica y no se produzcan arritmias.