A la manifestación acudieron representantes de los principales
partidos de la oposición, entre ellos el secretario general del
PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, el coordinador de IU, Gaspar
Llamazares, el portavoz del BNG, Xose Manuel Beiras y el secretario
general del PSOE gallego, Emilio Pérez Touriño.
A la marcha no acudió ningún representante del PP porque, según
criticaron ayer tanto el vicepresidente primero del Gobierno,
Mariano Rajoy, como el secretario general del PPdeG, Xesus Palmou,
«no dejaron ir al PP». «Era claro y evidente que algunas fuerzas no
querían que fuésemos», dijo Palmou. Ambos lamentaron la
instrumentalización que de la catástrofe realizaron las personas
que encabezaron la marcha.
Los asistentes reclamaron durante la marcha la dimisión de José
María Aznar y de Manuel Fraga. Aunque la decisión del PSOE de
presentar una moción de censura contra Fraga ha generado un clima
de división con evidentes signos de tensión al inicio de la
manifestación, cuando varios militantes de Ciga y del BNG tiraron
huevos a Rodríguez Zapatero.
La concentración concluyó en la Plaza del Obradoiro con la
lectura de un comunicado en el que se reclamaron las medidas
necesarias para evitar otra catástrofe similar y la dimisión de los
responsables políticos.
También en Barcelona más de un millar de personas se
concentraron ayer en la Plaza de la Catedral de la capital catalana
para exigir responsabilidades al Gobierno central y a la Xunta de
Galicia. Bajo el lema «Nunca Mas» los asistentes guardaron un
minuto de silencio para expresar su duelo por la situación que vive
Galicia.
Mientras tanto, Protección Civil informó de que nuevas manchas
del buque «Prestige» han llegado a Cabo Touriñán y han entrado de
nuevo en playas de los municipios de Muxía (A Coruña) y Camariñas,
mientras que otros vertidos han llegado a Fisterra, Carnota y
Valdoviño.
Además, el vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy,
informó ayer de que la mancha principal de fuel vertido por el
petrolero continúa a 19 millas de Corrubedo y dos pequeños rastros
de combustible se localizaron a unas 20 millas al norte de Navia y
a unas 30 millas al norte de Tapia de Casariego, en la costa
occidental de Asturias.
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