El problema de la vivienda radica en la ausencia de una adecuada regulación, según el CES.

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El presidente del Consejo Económico y Social (CES), Jaime Montalvo, calificó ayer de «escandaloso» el hecho de que el 34 por ciento de los jóvenes menores de 30 años no pueda emanciparse ni comprar una vivienda. De hecho, una pareja de jóvenes necesita destinar a esta financiación sus rentas conjuntas durante un periodo de 25 años, porcentaje que se duplica en el caso de que la compra la afronte una sola persona, que, además, debe ahorrar durante 11 años para abordar el pago de la entrada.

Montalvo cree que el problema de la accesibilidad a la vivienda «constituye un problema de Estado que requiere una respuesta muy seria y coordinada por parte de todas las Administraciones. No podemos permitirnos el lujo de tener a la juventud en una situación de desarraigo, preocupación o permanencia en el hogar familiar que originará una sociedad no equilibrada», afirmó.

Para el presidente del CES, la causa del problema de la accesibilidad a la vivienda en España no reside únicamente en el suelo, sino en la ausencia de una «adecuada regulación». En concreto, el CES considera necesario incentivar la coordinación de las actuaciones de las tres administraciones -Central, Autonómica y Local- y «equilibrar adecuadamente» la descentralización con la cooperación a la hora de tomar decisiones.

Soluciones
Montalvo también apuntó como soluciones el fomento del alquiler, sobre todo social, la construcción de mayor número de viviendas de protección oficial (VPO) y medidas fiscales. Además, subrayó la conveniencia de que el Ejecutivo revise la fiscalidad que soporta la adquisición de la primera vivienda y sugirió establecer mecanismos fiscales más rigurosos en la compra de viviendas con fines especulativos.

Por su parte, los socialistas Cristina Narbona y Jesús Caldera presentaron ayer su Ley del Suelo alternativa a la del Gobierno, con la advertencia de que si no se llega a un acuerdo en la Conferencia Sectorial de la Vivienda de mañana miércoles en torno a sus líneas generales, aplicará las medidas incluidas en su propuesta en las comunidades autónomas y ayuntamientos en los que gobierna.

Los principios de la proposición socialista son tres: el planeamiento urbanístico reservará suelo para vivienda protegida según legisle cada comunidad, con un mínimo del 25 por ciento; las administraciones realizarán políticas activas de promoción de viviendas protegidas (en venta o alquiler), y todo los suelos de titularidad pública se destinarán a usos públicos o viviendas protegidas, primando el mantenimiento de esta titularidad si se llevan al mercado.