Charles Laverne Singleton, condenado a muerte por un asesinato
cometido en 1979, puede ser tratado a la fuerza de su psicosis para
ser ejecutado después.
Un tribunal federal de apelaciones decidió ayer, por seis votos
a favor y cinco en contra, que las autoridades de Arkansas pueden
forzar al convicto a que tome el medicamento antipsicótico de
manera que esté cuerdo en el grado suficiente para la pena
capital.
Una decisión del Tribunal Supremo de Justicia de Estados Unidos
ha prohibido desde 1986 la ejecución de personas dementes.
El juez Roger Wollman, que redactó el voto de la mayoría de los
magistrados en el Tribunal de Apelaciones del Octavo distrito
federal en San Luis, indicó que el caso presentaba al tribunal una
alternativa bien clara.
En el caso de Singleton «el tribunal debe optar entre la
medicación involuntaria seguida por la ejecución y la no medicación
seguida por la psicosis y el encarcelamiento».
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