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EFE-ESTRASBURGO

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos consideró ayer que Francia no viola el derecho a la vida privada y familiar al no facilitar datos sobre sus parientes biológicos a las personas nacidas en condiciones de anonimato.

En su fallo, la gran cámara de la corte de Estrasburgo (noreste de Francia) resaltó el choque de intereses «difícilmente conciliables» de la mujer que da a luz bajo condiciones de anonimato y abandona a su hijo y de éste al querer conocer sus orígenes. Tras destacar el carácter «complejo y delicado» del asunto, el Tribunal indicó que Francia no se excede en su apreciación al omitir estos datos, en una situación en la que se mezclan el derecho de cada uno a su propia historia, la decisión tomada por los padres biológicos, los lazos familiares existentes y los padres adoptivos.

El caso se remonta a marzo de 1965, cuando una mujer que dio a luz en París pidió que se mantuviera en secreto su identidad e inscribió en los servicios de asistencia pública el abandono de la recién nacida, por lo que ésta pasó a cargo de la Dirección de Ayuda Social a la Infancia y Protección de la Juventud (DASS) hasta su adopción cuando tenía cuatro años. Veinticinco años después de su nacimiento, Pascale Odievre (apellido de sus padres adoptivos) pidió sin éxito a la justicia el levantamiento del secreto de su nacimiento para poder conocer todos los documentos relativos a su familia biológica, motivo por el que recurrió a Estrasburgo.