La medida es apoyada por el ministerio que dirige Jack Straw.

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Los exámenes médicos que den positivo no supondrán la prohibición de la entrada al país, aunque pueden provocar la adopción de medidas que restrinjan el acceso de esos inmigrantes al Sistema Nacional de Salud, afirma el el diario «The Times». La propuesta, que apoyan los ministerios del Interior y de Sanidad, surge a raíz de las estadísticas oficiales que señalan que los casos de sida aumentaron en el Reino Unido desde 4.909 en 2001 a 6.172 en 2002.

Según los datos, ese incremento es especialmente significativo entre las personas que han adquirido la enfermedad fuera del país -incluidos los británicos- y el principal foco de riesgo ha sido detectado entre la población inmigrante africana. En el Reino Unido hay 54.193 personas presuntamente seropositivas y esa cantidad ha aumentado desde 1999 a un ritmo anual del 10 por ciento hasta que, en 2002, lo hizo en un 26 por ciento.

El tratamiento de enfermedades relacionadas con el sida cuestan cada año a las arcas británicas unos 360 millones de euros. Aunque Downing Street no ha confirmado esta decisión, un portavoz declaró al diario británico que saben que «llega gente al Reino Unido con enfermedades como el sida, la hepatitis B y la tuberculosis. No hay duda de que debemos resolver esta cuestión».