Al cierre de esta edición, se abría la circulación solamente a
los vehículos equipados con cadenas. Pese a ello, los pocos
vehículos que pudieron acceder al santuario pudieron contemplar una
bonita estampa, pues el valle estaba completamente cubierto de
nieve.
Durante toda la mañana de ayer una excavadora, acompañada por
los servicios de Bomberos y Protección Civil, apartaba enormes
cantidades de nieve y hielo para facilitar la ascensiones a los que
se desplazaban hasta Lluc.
La nota negativa fue el aislamiento de algunos residentes de la
localidad, como el propietario del restaurante Escorca, Jacinto
Rosselló, que quedaba cercado por la nieve desde el inicio de la
tormenta hasta que ayer, sobre las 20.00 horas, llegaba una máquina
quitanieves que le permitía a él y a otros vecinos comunicarse de
nuevo con el exterior. En sa Calobra lo tenían peor y seguían
incomunicados.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.