TW
0

AGENCIAS-LONDRES
Después de la tempestad siempre viene la calma y el matrimonio formado por Michael Douglas y Catherine Zeta-Jones no es ajeno a esta circunstancia. Ambos brillaron con luz propia el pasado domingo durante la entrega de los premios Bafta en un Odeon londinense trufado de estrellas del celuloide y obsequiaron a los fotógrafos con las más amplias de sus sonrisas. En su rostro ya no se adivinaban las sombras del mal trago que a principios de mes les embarcó en un juicio contra «Hello!» por la publicación de unas fotografías no autorizadas de su boda que sumieron al matrimonio en una profunda depresión y por cuya divulgación Zeta-Jones dijo sentirse «violada».

Las caras largas a la salida de la Corte londinense dieron paso, el domingo, a otras radiantes. Y no era para menos. Abrazada por su marido, ella abandonó el Odeon con el Bafta a la mejor actriz de reparto por «Chicago». Su avanzado estado de gestación -el nacimiento de su segundo hijo tendrá lugar en primavera- no restó un ápice de atractivo a la actriz, que acudió a la gala vestida con un escotado modelo de Valentino y luciendo un collar diseñado por Jade Jagger.