Una pareja británica que padecía enfermedades crónicas, aunque
no terminales, murió en Suiza en un posible suicidio asistido.
Al parecer Robert y Jennifer Stokes, de Bedfordshire (sureste de
Inglaterra), tomaron una dosis letal de barbitúricos en uno de los
centros del grupo Dignitas, dedicado a ayudar a morir a enfermos
terminales.
Robert, de 59 años, sufría epilepsia, y su esposa Jennifer, de
53 años de edad, tenía diabetes y problemas en la espalda. «Ambos
tenían problemas de salud, pero ninguno sufría una enfermedad
terminal», afirmó la hermana de Jennifer, Dorothy Killackey, al
diario británico «Daily Mail».
Dignitas ya ha ayudado a morir a unas 150 personas, lo que ha
abierto una disputa respecto al llamado «turismo del suicidio» que
se dirige a Suiza con la finalidad de acabar con su vida. La
Asociación de Eutanasia Voluntaria acusó al Gobierno británico de
no asumir su obligación en los casos de «suicidio asistido», lo
cual hace «inevitable» que muchas personas decidan viajar al
extranjero.
«A no ser que el gobierno actúe y apruebe leyes que regulen el
suicidio asistido, cada vez más gente morirá de esta forma. No
están asumiendo su responsabilidad con los más indefensos»,
manifestó el miércoles la directora ejecutiva de la Sociedad de
Eutanasia Voluntaria, Deborah Annetts. El matrimonio Stokes, que
había viajado a Suiza a finales del mes de marzo, murió en un piso
de la capital suiza perteneciente al grupo Dignitas el 1 de
abril.
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