Los ordenadores están cada vez más amenazados por los virus informáticos.

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El Centro de Alerta Temprana sobre Virus y Seguridad Informática, del Ministerio de Ciencia, alertó sobre la peligrosidad «extrema» del gusano «Bugbear», que en las últimas 24 horas ha infectado 32.331 correos electrónicos.

La velocidad en la propagación de virus «no tiene precedentes» en este Centro, que informa de que a pesar de haber sido detectado el jueves, acapara más del 73 por ciento de las incidencias registradas en las últimas 24 horas.

El virus «Bugbear» se transmite a través del correo electrónico, utilizando encabezamientos como «Interesante», «Hola» o «Sólo para recordarte», como trampa al usuario para que abra el mensaje infectado.

De los más de 1,7 millones de correos analizados en las últimas 24 horas por el Centro de Alerta, el «Bugbear» es el virus más extendido con 32.331 infecciones, lo que representa el 73,4 por ciento de los incidentes registrados.

A continuación figuran, con un grado de peligrosidad mínima, el Klez, con 6.904 infecciones, Sobig C, con 3.046, Sircam, con 487, y Sobig, con 405.

Según los datos del Centro de Alerta, que califica la peligrosidad del «Bugbear» como «extrema», la máxima en la escala, este virus maligno ha infectado en un sólo día 27.732 correos en el ámbito de las universidades, a 4.229 en las administraciones autonómicas y 370 en la administración central. El virus, una vez infiltrado en el sistema trata de desactivar los programas de seguridad y puede ocasionar la pérdida de información delicada, como la relacionada con la tarjeta de crédito.

En algunos casos, el virus también podría hacer que las impresoras conectadas al ordenador comiencen a imprimir una gran cantidad de datos binarios.

El éxito de la difusión del virus se debe al uso que hace de una vulnerabilidad de Internet Explorer que permite la ejecución automática de los ficheros anexos con la simple apertura o visualización previa del mensaje.

La primera versión del «Bugbear» o también denominado virus del oso empezó a expandirse hacia finales del año pasado. Según advierte el Centro de Alerta, el formato del correo que porta a «Bugbear» es normal, pudiendo incluso ser la respuesta a uno de los mensajes enviados por el usuario infectado, lo que hace muy complicada su identificación a simple vista. Además finaliza los procesos de conocidos antivirus y cortafuegos que se estén ejecutando en ese momento, dejando el sistema expuesto a otras agresiones.