El director del Servicio Funerario de Barcelona muestra varias víctimas de la ola de calor.

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La empresa Pompas Fúnebres Generales (PFG) informó ayer de que durante las tres primeras semanas de este mes murieron en Francia 10.400 personas más que en el mismo periodo de años precedentes.

En esta región incluso se ha tenido que requisar un almacén refrigerado del principal mercado de abastos, Rungis, para almacenar los cadáveres debido al desbordamiento de las funerarias y a la dificultad de proceder a los entierros en los plazos habituales.

Esta empresa funeraria, que representa el 25 por ciento de su sector en Francia, facilitó esa cifra tras hacer un proyección de sus propios datos y de otras sociedades.

Este periodo corresponde a la canícula que azotó a Francia desde principios de agosto y que persistió durante dos semanas.

Según las proyecciones de PFG, la región parisiense registró una mortalidad suplementaria en ese mismo periodo de 3.000 personas.

PFG estima que en todo el mes habrá 13.600 muertos más en Francia que en meses de agosto anteriores, de los cuales 3.400 corresponderán a la región parisiense.

Está previsto que las autoridades francesas hagan pública la cifra oficial de muertos por la canícula a finales de agosto, aunque cuentan como «hipótesis probable» con la estimación de 5.000 muertos.

Las dramáticas consecuencias de la canícula centrarán hoy la primera reunión del Consejo de Ministros después de las vacaciones estivales. El presidente francés, Jacques Chirac ha pedido a todos los ministros concernidos por la excepcional ola de calor que presenten un informe «muy exhaustivo» sobre la gestión de la crisis en sus respectivos departamentos.