La decisión de las autoridades holandesas desata reacciones en España.

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Según el delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Gonzalo Robles, la iniciativa es más caritativa que terapéutica. Desde los Colegios de Farmacéuticos de Catalunya y Andalucía se mostraron dispuestos a dispensar la sustancia en el caso de que las autoridades sanitarias dieran el visto bueno.

No obstante, aseguró que el proyecto de Holanda no acelerará la investigación en España, ya que «la Agencia Española de Medicamentos ha establecido rigurosos mecanismos». «El que en otros países se haga no quiere decir que nosotros vayamos a bajar nuestro rigor o nos entren las prisas».

Según Robles, la iniciativa holandesa «se mueve más en el terreno caritativo que en el terapéutico», ya que se usa con enfermos terminales, cuando hay indicios de que puede aliviar sus síntomas. «Está bien ayudarles en estos casos», afirmó.

En este sentido, cree que hay un deseo de normalizar ese tipo de sustancias, al anunciarse efectos que todavía no han sido comprobados por los científicos. «No sé por qué se desea confundir el uso de la medicina con el de la hierba, que es una droga tóxica», añadió, y apostó por analizar el cannabis para encontrar sus beneficios y no hacer que los jóvenes reciban mensajes como que «el porro es poco menos que positivo».

El Colegio Oficial de Farmacéuticos de Barcelona (COFB) defendió abiertamente la iniciativa holandesa. El vocal de la comisión de Drogas y Sida del colegio profesional, Rafael Borràs, aseguró que ve con «buenos ojos» la iniciativa holandesa, que calificó de «importante avance» y de «interesante».