El juez ha absuelto de la presunta comisión de un delito de robo a
un joven magrebí vecino de Eivissa que fue acusado de robar en un
'Todo a 100' de la calle Obispo Carrasco después de que
protagonizara un altercado en dicho establecimiento a causa
supuestamente de una cafetera que había adquirido en este comercio
y que él consideraba defectuosa. El acusado, sin embargo, tendrá
que pagar una multa por las heridas que sufrió una empleada al ser
condenado por una falta de lesiones.
El sospechoso, un hombre de 30 años que en un principio se
jugaba una condena de hasta tres años y medio de prisión, tuvo que
sentarse en el banquillo acusado de un robo con violencia porque
durante el forcejeo y la confusión se llegó a asegurar que
desapareció una cantidad próxima a las 200.000 pesetas. La empleada
que fue víctima de los golpes dijo en el juicio que no podía
asegurar que fuera el sospechoso el que hubiera sustraído el dinero
porque el local estaba lleno de gente. Los hechos tuvieron lugar
cuando el acusado entró en la tienda con un primo suyo exigiendo
que le devolvieran 10.000 pesetas como reparación por la cafetera
que dijo haber adquirido y cuyo uso no le satisfacía. Según su
propio relato, no se produjo entonces ningún altercado ni tampoco
ninguna sustracción de dinero. La versión de una de las empleadas,
que negó conocer al acusado pese a que éste aseguraba que sí eran
amigos, fue distinta. Afirmó que el sospechoso se comportó de forma
violenta al entrar y que, tras empujarle para que se fuera, le
abofeteó. El juez considera como probado que entonces la mujer fue
tirada contra unas estanterías, golpeándose en la cara y el pecho.
La víctima aseguró que entonces se desmayó. Después se echaron en
falta 200.000 pesetas que había encima de un mostrador. La empleada
explicó que no podía acusar al sospechoso porque al estar desmayada
no vio nada y porque la tienda estaba llena de público.
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