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EFE-COVADONGA
El príncipe de Asturias celebró ayer su 36 cumpleaños con una visita al santuario de Covadonga, en Asturias, donde oró a la Virgen en la Santa Cueva junto a su prometida, doña Letizia Ortiz. Allí, el arzobispo les entregó una talla de la Virgen de Covadonga en plata y varios discos grabados por el Coro de la Escolanía de Covadonga.

Después del acto litúrgico, don Felipe bajó junto a su prometida por la denominada «escalera del peregrino» hasta el estanque situado al pie de la cueva.

Varios centenares de personas se acercaron a la pareja mientras cantaban el «cumpleaños feliz», que también fue interpretado para don Felipe por los niños del Coro de la Escolanía de Covadonga. Como manda la tradición, don Felipe y doña Letizia arrojaron una moneda al estanque al tiempo que pedían a la Virgen un deseo, que no quisieron revelar. «Hemos pedido muchas cosas a la Santina, pero eso queda entre nosotros y la Santina», respondió el Príncipe a la pregunta de un periodista.

Por la noche, y antes de cenar en un restaurante de la capital, pasearon por las calles del centro histórico de Oviedo entre las sorpresa de los viandantes que les saludaban en su recorrido.