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AGENCIAS-MONTEVIDEO
El 17 de diciembre de 1939, sintiéndose acorraladado por el enemigo, el capitán Hans Langsdorff desembarcó a su tripulación en el puerto de Montevideo y hundió su buque, el destructor «Graf Spee», en las aguas del Río de la Plata. Era el final del primer destructor de bolsillo de la historia, dotado de un radar y armamento revolucionarios; el orgullo de la armada del III Reich que sentenciaba a los mercantes británicos que cubrían la ruta del Atlántico. Ahora, el «Graf Spee», que descansa en el fondo del Río de la Plata será reflotado para su exhibición en un museo naval de Montevideo.

El nombre de este barco abrió un capítulo en la historia de la II Guerra Mundial ya que protagonizó el primer enfrentamiento naval entre Alemania e Inglaterra que se resolvió en favor de los primeros. Pero eso, el capitán Langsdorff, lo ignoraba. Vapuleados, los perseguidores se retiraron y Langsdorff se suicidó dos días después al saber que había hundido su buque en vano.