El aumento de las temperaturas en la costa atlántica canadiense
está permitiendo a miles de cazadores salir a buscar focas,
mientras los grupos ecologistas critican lo que califican de
«carnicería» de estos mamíferos. Aunque la temporada de caza de
focas empezó en marzo, la mayoría de los 12.000 cazadores de la
región han salido en las últimas horas, al darse condiciones
propicias en los hielos en torno a las costas de Terranova y
Labrador.
Este año, el Ministerio de Pesca y Océanos ha autorizado la caza
de 350.000 focas, el mayor número permitido hasta ahora, aduciendo
que la población de este animal está floreciendo en la costa
atlántica, ya que ha pasado de poco menos de dos millones en los
años 70 hasta 5,2 millones.
Pero organizaciones ecologistas como el Fondo Internacional de
Bienestar Animal (IFAW) han criticado la actitud del Gobierno
canadiense de aumentar la cuota, así como las técnicas utilizadas
por los cazadores. Según IFAW, la mayoría de los animales que se
cazarán son cachorros de pocas semanas, el 95% de menos de los tres
meses de edad, que en muchos casos son despellejados vivos.
IFAW señala que ha entregado a las autoridades pesqueras
canadienses cientos de vídeos que prueban las prácticas crueles
utilizadas por los cazadores pero el Ministerio de Pesca no ha
actuado en un solo caso contra los infractores. Rebecca Aldworth,
representante de IFAW, dijo que «está claro que el Ministerio de
Pesca y Océanos no sólo es incapaz sino que no quiere poner en
práctica sus propias regulaciones».
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