Fotografía de archivo de los acusados durante el juicio celebrado en 2003.

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EFE-SOFÍA
La condena a muerte de unos sanitarios búlgaros en Libia, encontrados culpables de contagiar el virus del sida a 400 niños en 1998, causó ayer consternación en Bulgaria, que la considera infundada y confía en lograr justicia en la apelación.

«Nos han asegurado (los libios) que vamos a hallar soluciones (al asunto de las condenas) a fin de concentrarnos en otros temas más positivos», como las negociaciones para admitir a Libia en el «proceso de Barcelona», que rige las relaciones entre la UE y los países del Mediterráneo, dijo un portavoz comunitario.

La Unión Europea (UE) expresó además al Gobierno libio su preocupación por las «serias irregularidades» detectadas durante el juicio y pidió que se «aceleren las solicitudes de apelación» interpuestas por la defensa de los acusados.

Representantes de la UE se reunieron ayer en Dublín con el ministro libio de Asuntos Exteriores, Mohammed Abdul-Rahman Shalgan, durante un encuentro con la asociación de países del sur y este del Mediterráneo, de la que Libia es observador.

El abogado de los sanitarios, Plamen Yalnazov, dijo que cinco enfermeras fueron condenadas a muerte por fusilamiento y un médico búlgaro a cuatro años de prisión, aunque las primeras informaciones indicaban que todos fueron condenados a la pena máxima.

Otro médico, palestino, enjuiciado junto a los sanitarios búlgaros, también fue condenado a la pena capital por el tribunal de la ciudad libia de Bengazi.