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REUTERS - PEKÍN
Cientos de chinos simpatizantes del ex astro del baloncesto Michael Jordan bloquearon ayer ruidosamente una acera después de que la policía de Pekín cancelara por motivos de seguridad un evento en el que Jordan iba a participar. Los aficionados, muchos vestidos con camisetas de baloncesto con el legendario número 23 que el deportista hizo famoso en los Bulls de Chicago, habían soñado con llegar a ver a Jordan durante la ceremonia de apertura de una cancha de baloncesto construida por la firma Nike. Varios de ellos treparon por una verja alta que rodeaba la cancha de baloncesto cuando iba a celebrarse la ceremonia, buscando una mejor posición y derribando los carteles publicitarios que no permitían ver el interior de la pista. Otros subieron al techo de un vehículo, causándole daños. La multitud también afectó a los jardines cercanos. La gran concentración era una prueba de la popularidad de este deporte en China, donde la adoración por Jordan rivaliza sólo con el jugador chino de la NBA, Yao Ming, de los Rockets de Houston. Después de que la policía dispersó a los aficionados, varias docenas de ellos fueron al hotel donde se hospedaba Jordan. En 2001, la creciente fiebre en China por el baloncesto se convirtió en furia después de que la policía interrumpió una comparecencia del jugador de la NBA Kobe Bryant después de que una multitud se reunió para verlo. 1.000 aficionados, la mayoría jóvenes, arrojaron botellas de agua y gritaron cuando se anunció que Bryant no iba a salir.