Dos policías, ante el centro social judío incendiado.

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El primer ministro francés, Jean-Pierre Raffarin, prometió severos castigos contra los autores de actos antisemitas, tras el incendio premeditado de un centro social judío que tuvo lugar ayer de madrugada en París y que ha provocado una condena unánime.

«Francia será extremadamente severa contra quienes se libren a actos antisemitas», afirmó ayer Raffarin al visitar el centro incendiado, en el distrito XI de París.

Raffarin permaneció media hora en el lugar de los hechos, en la planta baja de un inmueble de la calle Popincourt, donde hacía la 01.30 GMT se registró un incendio criminal que no causó víctimas, provocado probablemente con la ayuda de hidrocarburos, según comunicaron fuentes policiales.

El fuego destruyó un centenar de metros cuadrados, de los 300 de esta sede social que en tiempos pasados fue empleado como una sinagoga, informaron los bomberos.

El siniestro quedó bajo control hacia las 02.30 GMT, sin que las llamas hubiesen alcanzado los cinco pisos superiores del inmueble, que no tuvieron que ser evacuados en ningún momento.

Intervinieron en su extinción medio centenar de bomberos que al desaparecer el humo encontraron numerosas inscripciones antisemitas y nazis en los muros del local, que tenía, muchas funciones aunque la finalidad primordial era la de servir de restaurante a los fieles más desprotegidos de la comunidad. El Ejecutivo recordó que estos crímenes pueden ser condenados hasta 20 años de cárcel.