EFE-NUEVA YORK
Un selecto grupo de difuntos han violado las leyes de la lógica al
demostrar que es posible amasar inmensas fortunas incluso después
de muertos, y ello sin levantar la cabeza. Entre ellos, el «Rey del
Rock and Roll», Elvis Presley, que cada año logra recaudar 40
millones de dólares a través de la empresa fundada para gestionar
su imagen, Elvis Presley Enterprise, cuya beneficiaria es su hija
Lisa Marie Presley. Los ingresos que percibe esta empresa no son
tanto por las canciones que compuso e interpretó, ya que los
derechos fueron vendidos a Sony por cinco millones de dólares, como
por la venta de artículos y las visitas a su hogar, «Graceland».
Según la revista «Forbes», el Rey del Rock encabeza una lista de
los 20 muertos más ricos, todos ellos artistas que han visto desde
el otro mundo cómo su fortuna crecía día a día, para regocijo de
sus herederos.
El segundo puesto lo ocupa el dibujante de cómics Charles M.
Schulz, fallecido hace cuatro años, y autor de unos de los dibujos
más reproducidos del mundo: Snoopy. El sabueso de las historietas
de «Peanuts» es imagen constante en la publicidad de la aseguradora
Metlife, los anuncios de Pepsi, las tiendas de Wal-Mart o H&M,
y las tarjetas de Hallmark.
Como resultado, el dibujante -o mejor, sus herederos- son cada
año 35 millones de dólares más ricos. El tercer puesto es para el
escritor J.R.R. Tolkien, fallecido en 1973, y a quien la saga de
los tres filmes de «El Señor de los Anillos» ha devuelto al primer
plano de la actualidad, además de generar unos ingresos cercanos a
los 3.000 millones de dólares.
Los herederos del escritor recibieron una parte de este dinero y
de la posterior venta en vídeo doméstico, pero por una falta de
habilidad negociadora perdieron la oportunidad de beneficiarse de
la comercialización de productos, que generó unos 700 millones de
dólares adicionales.
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