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La Dirección General de Tráfico (DGT) instalará 500 radares, en los próximos tres años, en tramos de carreteras considerados peligrosos, de cuya colocación advertirá, para intentar reducir los accidentes en los que la velocidad es el factor determinante.

El Real Automóvil Club de España (RACE) ha valorado positivamente la instalación de 500 radares fijos en puntos sensibles de las carreteras españolas anunciada por la Dirección General de Tráfico, y pide que estos dispositivos de vigilancia sean instalados también en las carreteras convencionales.

El director general de Tráfico, Pedro Navarro, explicó en rueda de prensa que la finalidad del control de velocidad «no es recaudadora» sino que es la de prevenir accidentes, en concreto, reducir un 10% la cifra de víctimas mortales. Por esto, aseguró que la presencia de los radares se señalizará anticipadamente mediante los paneles informativos existentes en las carreteras.

La primera fase de implantación se llevará a cabo durante 2005 y permitirá la instalación de 125 radares en «puntos sensibles» de autopistas y autovias.

El ministro del Interior, José Antonio Alonso, explicó que la seguridad viaria es «prioritaria» para su Ministerio y aseguró que reducir la siniestralidad «es una labor a largo término». Alonso defendió que la decisión de incrementar el número de radares en las carreteras puede incentivar la incorporación de reguladores de velocidad en los vehículos.

En un comunicado hecho público tras el anuncio de la DGT, el Club considera necesarias medidas para controlar la velocidad en las carreteras a través de controles, «siempre y cuando estos sean fijos, estén señalizados y, una vez cometida la infracción, se proceda a la identificación del conductor, ya que este dato va a ser fundamental de cara a una correcta aplicación del carné por puntos».