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Adrian Iliescu, la rumana de 67 años que esperaba gemelas para febrero, dio a luz ayer en un hospital de Bucarest a una niña sana que pesó 1,450 kilos, tras decidir los médicos practicarle una cesárea al comprobar que la otra niña había muerto.

El director del hospital Giulesti, Bogdan Marinescu, dijo a la prensa que, tras confirmarse el sábado que una de las gemelas había perecido en el útero materno, los médicos decidieron intervenir.

La niña, que se llama Elisa María, está en la incubadora, aunque respira por sus propios medios e incluso ha tomado su primer alimento, un mililitro de glucosa, mientras que la madre se encuentra bien, informó Marinescu.

El médico destacó que realizó a Adriana Iliescu un implante de tres embriones y que todos sobrevivieron a la intervención inicial tras una fecundación in vitro.

El especialista subrayó que aunque la madre quería seguir con ese embarazo múltiple porque es muy religiosa, fue preciso provocar el aborto de uno de los embriones para que los otros dos fueran, en principio, viables.