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El ministro de Interior alemán, Otto Schily, y la ministra de Inmigración holandesa, Rita Verdonk, criticaron ayer al Gobierno español por no haber consultado con sus socios europeos el proceso extraordinario de regularización de trabajadores extranjeros, previsto en la Ley de Extranjería, que comenzará el próximo 7 de febrero, por que puede afectar a los demás países de la Unión Europea. «Si ciertos países están regulalizando ilegales ellos no pueden hacerlo mirando sólo su propia situación. Debería haber algún tipo de armonización desde el principio porque esta decisión puede afectar a otros países», manifestó en rueda en prensa Schily. «Debemos trabajar juntos», insistió.

El ministro alemán, que le trasladó al secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, su preocupación al comienzo de la reunión, opinó que las cuestiones de migración legal, «deben quedar en manos de las competencias nacionales», pero «haría falta ocuparse de una armonización si hay países que como España hacen legalizaciones de inmigrantes en un gran marco.