Reciente imagen del Pontífice junto a unos niños, difundiendo un mensaje de paz.

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EFE-CIUDAD DEL VATICANO
La salud del Papa Juan Pablo II, de 84 años, es de nuevo motivo de preocupación después de que ayer se viera obligado a suspender todas las audiencias previstas debido a un «proceso gripal», según informó el portavoz vaticano, Joaquín Navarro Valls.

De momento se desconoce cuantos días estará alejado de su trabajo. Para hoy tiene previsto reunirse con obispos de Suiza en visita «ad limina» (la que están obligados a realizar a la Santa Sede todos los prelados del mundo cada cinco años) y mañana celebrar la tradicional audiencia pública, que le permite reunirse con fieles procedentes de todas las partes del mundo.

El portavoz agregó, no obstante, que tal y como estaba previsto, Juan Pablo II sí recibió a los encargados de preparar el Anuario Pontificio de 2005, que le entregaron el primer ejemplar.

A pesar de ello, la alarma por el estado de salud del octogenario Pontífice se ha desatado, ya que en las últimas horas mostró señales importantes de no encontrarse bien. Según fuentes vaticanas, el Papa Juan Pablo II tuvo fiebre y ayer aún mantenía algunas décimas.

Fuentes vaticanas aseguraron que las audiencias de los próximos días, de momento, no han sido modificadas y que todo se mantiene. Todo dependerá de la evolución de la gripe. La última vez que Juan Pablo II se vio obligado a suspender una audiencia fue el 23 de septiembre de 2003, cuando tuvo que anular la reunión semanal de los miércoles con los fieles debido a una oclusión intestinal.

Por otra parte, y según explica el obispo de Avila, Jesús García Burillo, tras la reciente visita «Ad Limina», el Papa «teme que la secularización y el laicismo imperante y militante también haga tambalear nuestra fe, que se oscurezca en nuestras vidas el legado de santidad que nos dejó Santa Teresa».