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EFE-EL VATICANO

El Vaticano reiteró ayer que los católicos divorciados que han vuelto a casarse por el rito civil no pueden recibir la comunión, aunque precisó que estos fieles «no están excomulgados» y no deben sentirse marginados por el hecho de no poder comulgar.

En esa línea se expresaron ayer el cardenal español Julián Herranz, presidente del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos, y el obispo Doménico Sorrentino, secretario de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, durante la presentación del documento «Dignitas connubii» sobre la dignidad del matrimonio.

«Los divorciados que se han vuelto a casar por lo civil no están excomulgados y no deben sentirse marginados por el hecho de no poder comulgar. Ellos deben participar en la vida de la Iglesia y ésta debe ayudarles», dijo Herranz, que precisó que hay que hacer «todo lo posible» para mejorar su situación.

Según el texto del dicasterio de Herranz, permitir comulgar a un divorciado casado nuevamente es un «escándalo» que abre las puertas del mal a otros fieles.