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El cambio climático ya está generando efectos, sobre todo negativos, en España y a finales de este siglo se espera que las temperaturas aumenten hasta siete grados centígrados en verano y cuatro en invierno, mientras que las lluvias y los recursos hídricos se reducirán, según el informe elaborado por 400 científicos y coordinado por el catedrático de Ecología de la Universidad de Castilla-La Mancha José Manuel Moreno, presentado ayer en el Ministerio de Medio Ambiente con motivo de la entrada hoy en vigor del Protocolo de Kioto de lucha contra el cambio climático.

Además del aumento de las temperaturas, el cambio climático provocará en España una disminución de las precipitaciones y de la disponibilidad de agua, una reducción de la productividad de las aguas pesqueras, desajustes entre animales predadores y sus presas, pérdida de biodiversidad, aumento de catástrofes naturales y afecciones sobre la salud humana.

En Balears, el cambio climático provocará subidas de temperaturas más suaves que en el resto de España, de entre dos y tres grados, al igual que en Canarias. También se verán afectadas las cuencas del archipiélago por un descenso de los recursos hídricos.

El estudio plantea dos escenarios posibles: uno basado en que las emisiones a la atmósfera de los gases de efecto invernadero sean en 2100 un 120% superiores a las actuales, y otro basado en que esas emisiones aumenten a un ritmo menor y al final del siglo sean «sólo» el doble que en la actualidad.

En el interior peninsular, las temperaturas aumentarán entre 5 y 7 grados en verano y entre 3 y 4 en invierno, según el escenario más pesimista, y un grado menos intenso según el otro escenario. En la periferia de la península y en Balears, el calentamiento será dos grados menor que en el interior, y en Canarias tres grados menor en verano y dos grados menor en invierno.