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En la madrugada de este domingo, día 27 de marzo, comienza el horario de verano, por lo que los relojes deberán adelantarse una hora, con lo que a las dos de la mañana serán las tres. Se cumple así con la Directiva Comunitaria que rige el cambio de hora y que afecta a toda la UE. De esta forma, se retrasan tanto el alba como el crepúsculo, lo que supone un ahorro energético total del 8%, según el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía.

El cambio de hora empezó a generalizarse en 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para aprovechar más la luz solar y reducir el consumo de energía eléctrica en la iluminación. Desde 1981 se aplica como directiva europea y ha sido renovada sucesivamente cada cuatro años. Desde entonces este cambio se aplica con carácter indefinido e incluso se ha incorporado al ordenamiento jurídico español.