Los presidentes de Francia, Jacques Chirac; Irlanda, Mary Mc
Aleese, y Eslovenia, Janez Drnovsek, así como Andrés de Inglaterra,
hijo de Isabel II, y el príncipe Joaquín de Dinamarca, además de la
ex emperatriz de Irán Farah Pahlavi, figuran también entre los
asistentes a las exequias que tendrán lugar en la Catedral de
Mónaco.
Sesenta y una delegaciones, junto a unos 3.000 monegascos,
despedirán al soberano de este pequeño Estado mediterráneo,
fallecido a los 81 años el pasado día 6, tras más de medio siglo de
reinado en el que transformó su Principado, a golpe de ventajas
fiscales, un «boom» inmobiliario y portadas de revista, en un país
próspero y mundialmente conocido.
El rey Juan Carlos de España encabeza la lista de monarcas en
ejercicio que se desplazarán a este enclave en la Costa Azul
francesa para asistir a los funerales, junto al rey Carlos Gustavo
de Suecia, el belga Alberto II, y la reina Sonia de Noruega.
En ese templo del siglo XIX y piedra blanca, situado en la
ciudad vieja, Rainiero será enterrado después -aún no se ha
confirmado si será hoy mismo, después de una misa de Réquiem para
los monegascos, o mañana- en la más estricta intimidad.
Los funerales de Rainiero han sido organizados al detalle,
teniendo en cuenta el estricto protocolo marcado por la presencia
de tantas Casas Reales y miembros de la nobleza, y con especial
hincapié en la seguridad, para la que se han tomado medidas sin
precedentes en el control aéreo, marítimo y terrestre. El espacio
aéreo del Principado, al igual que su franja costera y alrededores
y la zona de navegación entre las puntas de Cap Martin y Cap
d'Ailest, permanecerán cerrados.
El trayecto entre el aeropuerto de Niza, al que llegarán la
mayoría de invitados, y el Principado será objeto de una vigilancia
particular, y las delegaciones internaciones serán protegidas por
helicópteros de cámaras térmicas para detectar cualquier
anomalía.
Llorar a un amigo
El rey Juan Carlos viaja al Principado como monarca, pero también
«viene a llorar a un amigo», según el jefe del Gobierno monegasco,
Patrick Leclercq. La presencia del Rey de España es «un gesto muy
significativo de las relaciones políticas entre ambos países, pues
Mónaco estuvo bajo protectorado español durante un siglo y medio,
pero también es el reflejo de una relación personal», explicó
Leclercq en una rueda de prensa.
A su llegada a Mónaco, don Juan Carlos visitará la capilla
ardiente de Rainiero, instalada en el Palacio de los Grimaldi, y
después dará el pésame a los tres hijos del fallecido: Alberto II,
su sucesor, y las princesas Carolina y Estefanía. Después de
asistir al funeral, el Rey regresará a Madrid a primera hora de la
tarde.
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