Boda del don Felipe y doña Letizia.

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EFE MADRID
Los príncipes de Asturias celebrarán hoy su primer aniversario de boda, quince días después de anunciarse oficialmente que esperan el nacimiento de su primer hijo para el próximo mes de noviembre. Será, informó un portavoz de la Casa del Rey, una celebración íntima y familiar, cuando el Príncipe regrese por la mañana a Madrid desde Washington, donde ayer sábado, por la tarde, asistió a la ceremonia de graduación de los alumnos del Máster de Relaciones Internacionales de la Universidad de Georgetown, el mismo del que don Felipe fue alumno hace diez años. Estaba previsto inicialmente que doña Letizia acompañara a su esposo en este viaje, pero no ha sido posible por las molestias ocasionadas por el embarazo.

Y así llovió a lo largo de toda la ceremonia religiosa, oficiada por el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, quien en su homilía tuvo un recuerdo emocionado para las 192 víctimas de los atentados terroristas del 11 de marzo de ese mismo año.

Los príncipes de Asturias contrajeron matrimonio el 22 de mayo de hace un año, en la madrileña catedral de La Almudena, en una ceremonia de profundo calado histórico y ante más de mil setecientos invitados.

Representantes de cerca de cuarenta Casas Reales, dieciocho jefes de Estado, los titulares de las más altas instituciones del Estado, el Gobierno en pleno, todos los presidentes autonómicos y representantes de amplios sectores sociales -la política, la economía, la cultura, el deporte, etc.-, además de la Familia Real, fueron testigos del histórico enlace Real, en una mañana en la que sobre Madrid llovió torrencialmente.

Así llovía a las once de la mañana, cuando doña Letizia, acompañada por su padre y padrino, Jesús Ortiz, cruzaba la Plaza de La Armería, desde el Palacio Real hasta La Almudena, en un Rolls Royce, ante la imposibilidad de hacerlo a pie.

Doña Letizia llevaba un traje de Pertegaz de color blanco roto, cuello en pico y cola bordada de 4'5 metros, y sobre la cabeza un velo de encaje que sujetaba con una diadema antigua de la Familia Real. El Príncipe vestía uniforme de gala del Ejército de Tierra.