El consejero de Sanidad, Manuel Lamela, durante la comparecencia de ayer.

TW
0

La comisión de expertos que ha investigado las presuntas sedaciones irregulares en el hospital Severo Ochoa de Leganés ha concluido que en 73 de los casos analizados se produjeron sedaciones «inadecuadas o no indicadas», relacionadas directamente con el fallecimiento de estos pacientes.

Lamela afirmó que las dosis administradas eran «notoriamente excesivas, no para evitar el dolor, sino para acortar la vida» y esta circunstancia, subrayó, «no está contemplada en la legislación española».

Así lo puso de manifiesto el consejero de Sanidad, Manuel Lamela, que ayer hizo públicas las conclusiones del informe de expertos al término del Consejo de Gobierno, según las cuales «existe una relación directa» entre estos 73 fallecimientos y el empleo inadecuado de los fármacos» utilizados para aliviar el dolor de los pacientes terminales.

El informe elaborado por la comisión, integrada por seis miembros, ha revisado las historias clínicas de 169 pacientes, de las que ha descartado 56 porque no recibieron sedación, mientras que de las 113 restantes también ha desestimado cuatro casos por falta de información.

Por lo tanto, el estudio se ha centrado en la revisión de los historiales de 109 enfermos, de los cuales, explicó Lamela, en 70 de ellos, los expertos, que emitieron sus conclusiones por unanimidad, apreciaron que las sedaciones estaban indicadas, aunque en 34 de los casos, o bien el fármaco o bien las dosis, no fueron los correctos.

De los 39 historiales restantes en los que la sedación no estaba indicada, en cuatro de ellos estaba «expresamente contraindicada». De esta manera, señaló Lamela, suman 73 los casos de sedaciones irregulares, de acuerdo con el informe, 34 debido a dosis o fármacos inadecuados más las 39 no indicadas.